Corona de espinas - Dante Gebel
La escasez no es parte de la vida cristiana; porque recibimos la maldición de la pobreza a través del sudor de la frente de Adán, pero fuimos redimidos de ella por causa de la sangre en la frente de Jesús. Dios dijo: Yo voy a bendecir el fruto de la tierra, tu vid del campo nunca será estéril y todas las naciones te dirán bienaventurado. Esto significa que cuando estás por perder la casa, cuando se te rompe el auto, cuando las deudas te agobian, Dios interviene y dice: “Cuidado diablo con tocarlo, porque él es fiel en sus ofrendas, en sus diezmos y la maldición de la pobreza ha sido revertida. ¡Te ordeno que no lo toques! ¡Te ordeno que no se rompa nada!”
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