Mas cuando se convirtieren al Señor, el velo se quitará.
Porque el Señor es el Espíritu; y donde hay el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
Por tanto, nosotros todos, mirando á cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma semejanza, como por el Espíritu del Señor.
2 Corintios 3: 16-18
Guillermo Maldonado - Espíritu Santo
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agosto 17, 2015
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