Estar en la voluntad de Dios no es sólo una cuestión de revelación divina, sino también de esfuerzo. Y si bien no somos salvos por obras sino por la sangre de Jesucristo, la Biblia no dice que tengamos que ser perezosos. Dios no honra la pereza. Si quieres que el Señor abra los mares para ti, pero ni siquiera te acercas a la orilla para mojarte la punta del pie, vives en un mundo de fantasía. Dios busca gente de corazón ardiente; a los pechos fríos que no viven con pasión, Él no los usa.
Dante Gebel - El Bandido De La Pereza
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julio 08, 2015
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