La vida de Pablo está llena de razones para sufrir: fue azotado, apedreado, pasó hambre y frío, naufragó varias veces y vivió en constante peligro a mano de los gentiles y de falsos hermanos. Sin embargo, Pablo era feliz; él encontró el secreto para enfrentar las adversidades y vivir en contentamiento. Pablo estaba consumido por el llamado de Dios y entendió que su sufrimiento era el resultado directo de su misión en la vida, que aun su espina era por causa de Cristo y se le había dado para que no olvidara su ministerio y siguiera trabajando para el Reino. Aprendamos hoy de Pablo a enfrentar las dificultades sin perder el gozo que nos da la presencia de Dios en nuestra vida. Un mensaje inspirador.
Dante Gebel - 10 Buenas Razones Para Sufrir
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julio 13, 2015
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