Tú has cambiado mi lamento en danza; has desatado mi cilicio y me has ceñido de alegría;
para que mi alma te cante alabanzas y no esté callada. Oh SEÑOR, Dios mío, te alabaré por siempre.
Salmo 30:11-12.
Cristo - Julio Melgar y su Banda
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abril 26, 2011
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