Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré;
Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas, Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he mirado en el santuario. Porque mejor es tu misericordia que la vida;
Mis labios te alabarán.
Salmos 63: 1-3
Cash Luna - Sanidad del Alma
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junio 18, 2015
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